El presidente de la Confederación del Norte, Jorge Marquínez, suaviza su amenaza de sanción por vertidos

Marquínez dice que la depuradora tendrá operarios antes de fin de año

El martes fue remitida a la Junta la propuesta técnica para que arranque de una vez la instalación

La depuradora de aguas residuales del Bierzo central, -la que está terminada en Villadepalos desde hace más de un año y que sigue sin entrar en servicio después de una inversión pública multimillonaria-, deberá ser estrenada y con gente trabajando en ella antes de que acabe el año. Es el tope máximo que ayer puso de manifiesto el presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte, Jorge Marquínez, quien quiso suavizar la amenaza de sanción a los ayuntamientos si no se conectan a la instalación. Dijo que habrá que cumplir la ley, y municipios como Ponferrada, Camponaraya y Carracedelo, -que a su entender sí están en condiciones de verter sus aguas en la depuradora-, deberán hacerlo antes de enero. El resto de los municipios podrán acoplarse al plan y se abre la mano a los plazos, pero sin demoras no justificadas.

Marquínez dio a conocer que el pasado martes la Confederación remitió a la Junta la propuesta técnica para que arranque de una vez la estación depuradora, tal como recomienda la empresa constructora. Este documento servirá de base a la Administración autonómica para que la Consejería de Medio Ambiente contrate a la empresa que se encargará temporalmente la depuradora, hasta mediados del 2008. Con todo, una cosa quiso dejar bien clara Marquínez: «En el 2007 tiene que haber gente dentro de la depuradora operando ese instrumento para que cuanto antes se traten las aguas».

En este sentido añadió que la incorporación de vertidos no será «simultánea», de todos los ayuntamientos implicados. «Se irán incorporando progresivamente; primero se incorporará algún vertido y agua limpia, y se irán poco a poco cargando los vertidos, y la depuradora al 100% tardará muchos meses, pero de momento pueden incorporarse vertidos sustanciales», resaltó, en clara alusión a los tres primeros municipios que integran la Mancomunidad que la gestionará. Jorge Marquínez quiso ayer transmitir un mensaje conciliador con todas las partes implicadas en este problema y zanjar el asunto para que los ríos bajen más limpios.

El presidente de Confederación restó importancia a la ausencia en la reunión de ayer de los alcaldes de Ponferrada, Camponaraya y Carracedelo, municipios que serán los primeros en depurar sus aguas y cuyos regidores responsabilizaron directamente a Marquínez del bloqueo de la Edar. «No sé cuántos alcaldes hay en la cuenca entre Orense y León; hay muchísimos. Yo creo que hay una representación extraordinaria de ayuntamientos. Los que han manifestado interés».

Marquínez calcula, no obstante que en el plazo de unas semanas «tiene que haber alguien dentro de la depuradora iniciando, abordando el proceso complicado que supone ponerla en marcha».

Por otro lado, el presidente de CHN hizo hincapié en que continúa vigente el requerimiento efectuado a los ayuntamientos que vierten sus aguas residuales al Sil con el fin de que actualicen las autorizaciones provisionales de vertidos. Sin embargo, tras el acuerdo alcanzado con la Junta para poner en marcha la Edar, Marquínez ha sido menos tajante que en otras ocasiones respecto a la renovación de dichas autorizaciones, asegurando que, aunque la renovación de autorizaciones de vertido es una obligación de los ayuntamientos ratificada por el propio Ministerio de Medio Ambiente, está dispuesto a conceder las correspondientes moratorias a aquellos ayuntamientos que lo precisen: «Hay que actualizar los permisos provisionales que teníamos de vertido y adecuarlos a la normativa actual. Con la depuradora en marcha, lo que va a permitir es que los ayuntamientos que puedan conectarse van a poder cumplir muy rápidamente y tienen que aprovechar eso, y el resto de ayuntamientos, que van a tardar un poco más en conectarse, pues tendremos que aceptar para ellos un plazo un poco más largo, para no marcarles objetivos imposibles. La Confederación lo que está haciendo es marcar objetivos temporales que puedan cumplir los ayuntamientos».